martes, octubre 11, 2005

Aldo y los dioses

Ya van varias personas que me preguntan sobre el tema, y también varias que me sugieren que escriba mi posición, y otras cosas... así que ahí les va (espero comentarios, sugerencias y mentadas de madre :P):
En resumidas cuentas, mi posición respecto a si hay o no dios es la que sigue: no sé si hay o no un dios. O, de manera equivalente, no afirmo la existencia de dios, pero tampoco afirmo la no existencia de dios (aclaro que cuando pongo "dios", quiero decir "al menos un dios").
¿Por qué sostengo eso? Porque no hay nada que me convenza de la existencia de dios, o la no existencia de dios... cuando alguien me persuada "chido", pues ya seré creyente, o de plano seré... bueno... lo que sea que sean los que afirman que no existe dios.
No le voy a poner nombres como "agnóstico" ni nada de eso, para que no haya confusiones. Simplemente mi posición es la que está escrita ahí arriba.
Ahora vamos con un poco de historia (historia mía, si no les gusta lléguenle :P)... me acuerdo que cuando comenzaba a estudiar la prepa yo como que me devanaba los sesos (no "los esos") tratando de encontrarle una respuesta a eso de hay-o-no-dios. Por supuesto, no encontré respuestas satisfactorias, así que -digamos- que dejé a ese asunto por la paz... fue cuando entró en escena la famosa biblia, y -como muchos lectores principiantes- le encontré varias inconsistencias y defectillos. Fue en ese entonces cuando tomé una especie de actitud anti-religiosa (en particular anti-católica), en el sentido de que su libro sagrado era una chafez y por lo tanto no debían seguirlo, ni guiarse ciegamente por éste. Ya después de mucho cavilar en todo este asunto llegué a la "conclusión" de que el problema no era el libro, sino la interpretación que uno le diera; entonces me volví anti-religiosos, y ya no anti-religión (claro que no pasaba por alto el hecho de que hay religiones -si no es que todas, la verdad no sé- corruptas y podridas). Por último llegué a la "conclusión" de que incluso alguien que no fuera religioso se salvaba de hacer sus sandeces diarias. Sumando todas estas conclusiones parciales, me convencí que -la verdad- para efectos prácticos en ese momento la existencia o no existencia de dios era irrelevante, lo relevante era "el mundo de los hombres", porque si bien el pensar en cosas ultraterrenas puede elevarnos, eso no iba a servir de mucho para -por ejemplo- no joderse tanto al planeta.
Fue en ese momento cuando dije "bueno... vamos a dejar a este señor dios por la paz, y preocupémonos por los hombres".
Obviamente la cuestión -o al menos el trato que le doy- ha sido, y es, más complejo y rico, pero esta entrada sólo era para aclarar mi posición sobre el tema, y no para mis digresiones... tal vez ya después cuando tenga bien ordenadas mis ideas lo pondré.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, como que le das muchas vueltas al asunto y me dejaste en la misma posicion, jejejeje, y te pongo comentario para que veas que si entro a tu blog, oye alguna vez viste SCARFACE de Brian dePalma, con Al Pacino??, si es asi, dime que te parecio?, lo que pasa es que la vi y a mi me encanto, pero no tengo con quien hablar de esa pelicula :(, en fin, que estes bien, cuidate!!!

Joel Alfonso dijo...

Excelente postura... yo sí me considero agnóstico pues creo que la simple definición no se presta a ambigüedades (según la RAE):

Actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia.

Precisamente publiqué un poema de M. Benedetti antes de entrar a tu blog, leelo, es bueno.

Ahh, ¡suerte con el compactum!