Oh, man!

Pues... han ocurrido varias cosas desde la última vez que agregué una entrada al blog (principalmente por lo de mi afición a los juegos), reseñaré algunas:
Vino mi hermano (mayor) a visitarme y nos la pasamos bien (le tocó todavía el agua -poca- fría), durante algunos días... pero se fue hoy :( .
También regresaron de su "exilio" mis tíos con sus hijos (luego aclaro cuales, "exilio" es porque mi tío se fue becado a una universidad en EUA)
Y -el detonante- hoy tuve mi primer experiencia de asalto... en realidad no fue la primera... digamos que fue la primera con no-policías jajajaja.
Resulta que vamos caminando mi hermano y yo por una calle de la capirucha (como al mediodía, y con gente transitando) y se nos aparecen tres fulanos, que empiezan con -dirigiéndose a mí- "pos qué crees chavo, que esto es un asalto". Voy a ser franco: en ese momento solté una sonrisa (tal vez no debí haberlo hecho, pero bueno, me pareció muy chistoso en el momento) y le dije uno de los fulanos "¿qué?", e intentó meter sus manos en mis bolsillos. Al instante le sujeté por las muñecas al tipo, y no lo solté ni dejé que se moviera... mucho (supongo que saqué fuerzas por la adrenalina, o algo). También mi hermano sujetó a dos fulanos que trataban de apañarlo -porque es considerablemente más grande y fuerte que yo- y total que estuvimos como tres segundos así cuando un cuarto fulano me agarra por la espalda y me dice "quieto, o te lleno de balazos", y al instante tanto mi hermano como yo cesamos de resistirnos, ya que ni siquiera podíamos ver al del fogón. Total que a mí me quitaron dinero y mi celular, nada más, y a mi hermano le fue un poco más mal, porque sí le bajaron más cosas. Es una de las ventajas de andar andrajoso.
Ya más adelante reflexioné porqué el fulano inicial se me había quedado mirando a los pies, y me dí cuenta que traía los tenis que me habían regalado mis tíos (los del exilio) y que están algo fresones y supongo que eso querían... también.
Luego de la parte del agandalle fuimos con un policía, y fue en ese momento cuando recordé que hay ciertos elementos del cuerpo policiaco que no son precisamente eficientes en atrapar a delincuentes. El policía -que no había visto el asalto- nos preguntó las generales de los tipos, etc. y, con un paso sumamente lento, comenzó a caminar para -me imagino- poder detectar a los ladrones. Dicho policía iba degustando una paletita, y al cabo de un buen rato y con la paleta en la boca, nos informó: "pues parece ser que que ya se fueron". No way, oficial! Seguramente se iban a quedar esperando ser atrapados...
Ya ni sabe uno si es complicidad, o si de plano son chafas por naturaleza, el chiste es que nos quedamos sin las cosas. Eso es todo lo que respecta al evento que me motivó lo suficiente como para escribir de nuevo.
El "oh, man!" es porque eso dice mi primito (hijo de mis tíos exiliados) Lev César (5 o 6, no recuerdo), al cual me dirigiré de ahora en más como Levito, a menos que indique lo contrario, cuando algo no le sale, o cuando ocurre algo inesperado. Es muy chistoso cuando él o su hermano menor Ehécatl (3) lo dicen.