miércoles, julio 20, 2005

Relatividad

Las cosas cambian dependiendo del medio en el que se desarrollen, independientemente de la cosa de la que estemos hablando: puede ser una situación, puede ser una persona, puede ser un animal, puede ser lo que sea. Para ilustrar el caso pongamos el siguiente ejemplo, que va más o menos así (lo leí en un libro de Asimov, el de Preludio a la Fundación): Hay un hombre y una mujer vestidos en una oficina, en un receso (no hay supervisor ni soplones). El hombre usa pantalón y una camisa, y la mujer usa una blusa y una falda. De repente el hombre desliza lentamente la mano por la pierna de la mujer hasta que queda cubierta por la falda.
Ahora imaginemos al mismo hombre y la misma mujer pero en la playa, el hombre vestido con un traje de baño y la mujer con un bikini. Y de nuevo el hombre desliza lentamente la mano por la pierna de la mujer siguiendo la trayectoria que había seguido en la situación anterior.
Le he preguntado a varias personas, e invariablemente contestan que la primera situación es más comprometedora que la segunda, a pesar de que la mano recorre la misma trayectoria.
Aquí la cosa que cambió fue la perspectiva colectiva sobre la situación, debido a que las circunstancias fueron diferentes... tal vez no mucho, tal vez fue por una sutileza, pero de que cambia la perspectiva, cambia (Claro que iban a haber personas a las que les diera igual, pero ¿quién se atrevería a pasar por la primera situación? Los prejuicios son fuertes, y la presión social también lo es).
Cada cabeza es un mundo, definitivamente.

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