martes, julio 17, 2007

Cuentos

Desde hace un rato traigo ganas de escribir algo así como un cuento. De chico recuerdo escribí algunas especies de historias todas chafas, y en secundaria algunas un poco más estilizadas, pero igual chafas.

Hoy en día siento que tengo algo más de habilidad, y una que otra idea para una historia (igual de chafas, imagino). La cosa que me ha impedido escribir esta vez no ha sido la flojera, me temo.

Es que me molesta escribir cosas como '*****, intrigado, contestó...' o ese tipo de mamadas. Siento que no son naturales. Tampoco pido algo completamente como uno habla, pero sí más inclinado hacia eso. En todo caso, voy a acabar escribiendo algo en forma de bitácora --me parece la mejor oportunidad para escribir de manera 'natural'. Vamos a improvisar a ver qué sale:

/*inicio del relato*/

Hoy estuve sentado en mi escritorio desde la mañana. Sí, no en la silla, sino en el escritorio. El gorila salió de viaje así que me quedo a cargo de la oficina y puedo hacer lo que yo quiera. Pasado mañana haré por fin mi pinche viaje pospuesto tantas veces: ir con Catarina a Villahermosa. Está muy cerca, lo sé, pero por el momento no tenemos tanto dinero como para ir más lejos, y tengo que aprovechar los días que me darán en el trabajo.

Se portó bien esta vez el gorila dejándome unos días escaparme de esta pinche rutina. La otra vez me preguntó:

- ¿Eres feliz?
- ¿Es joto, señor? (Bueno, esto no lo dije, pero lo pensé) ¿A qué se refiere?
- A si estás satisfecho con este trabajo, pues. Te veo como que con hueva todo el tiempo.
- Pues... por el momento voy a esforzarme para que la compañía salga adelante, y pues si se puede un ascenso o algo así (risa nerviosa).
- Ah.

No sé qué respuesta esperaba: no conozco a nadie que le guste estar todo el pinche día todos los pinches días capturando información, yendo y viniendo con mensajes y explicándole a una mujer furiosa que su gorila va a llegar tarde porque tiene una reunión, o algo así.

Y pues ahorita ya casi es la hora de la salida para comer. No sé qué voy a comer esta vez: tortas o tacos. Estos güeyes quieren comer tacos, y pues yo también, la cosa es que ya comimos ayer y no me cayeron muy bien que digamos. Pero estuvieron buenos. Lo que sí es que ya estoy bien gordo, puta madre. Siempre he sido gordito, pero ahora sí me estoy pasando de galleta, ja; y es que cuando corro no siempre corro todo el rato, así que me voy a quedar choncho un buen rato. Ya luego bajaré estos kilos.

Deveras que no sé cómo le hace ese pinche Juan para mantenerse tan flaco, chingao. Ese cabrón traga más que yo y mira, parece una pinche calavera (al lado mío, al menos) todavía.
Dice unas madres que el microbolismo, o algo así, que sus genes y no sé qué tantas chingaderas. Se la pasa leyendo sus revistas de gente sana. Qué pinche hueva me dan sus

Ya llegaron estos animales, me voy a comer.


/*fin del relato*/

Como pueden ver, no me salió muy bien. Todavía está muy estilizado y mis personajes están como que entre inexistentes y chafas :P. Pero pues qué querían que hiciera en 12 minutos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno si se ve un cambio desde los tiempos de tus robots con números en lugar de "nombres".

Y creo que trabajas en el IIE

Unknown dijo...

Eso de los números había usado un fulano que se llama Yevgeny Zamyatin, en una novela de esas distópicas llamada Nosotros y quién sabe si gente desde antes de él.

Me ganó la idea el méndigo.

Anónimo dijo...

Ese estilo se parece al que usan muchas personas para hablar de su vida diaria en sus blogs, es muy vernáculo (¿se dice así?) y entretenido. Te salió muy natural.

Tevi dijo...

¿Estilizado? ¿Inexistentes?
¡Por favor! Me pareció que navegaba en la mente del buen Charly. Y por lo menos no has matado a nadie todavía... XP