viernes, enero 26, 2007

Praedĭum

Pues bien, el otro día (me parece que el martes) fui a pagar el predial y el agua.

Todo comenzó bien, me desperté(más bien fui despertado) como a las ocho y cacho. Después del subsecuente baño y acicalamiento mi tío me dió un aventón a las oficinas de no-sé-qué-madres municipales, donde realizan el trámite del pago.

Me formé en una fila de aproximadamente 30 a 50 peludos, con la variedad cultural (esto me recuerda al museo ese de tepito, ya luego averiguaré bien qué onda con eso) que uno puede esperar. Para mi fortuna, llevé mi bichito que reproduce mp3 y pude al menos evadir un poco las conversaciones ajenas ("mi esposa me engañó", "madrearon a mi hijo", etc.). Me dije a mí mismo: "Mí mismo, esto será rápido y fácil. No durará más de una hora con tan poca gente. Traes a Ozzy, Mega y Gamma para que te hagan el paro".

Qué ingenuo fui.

No contaba con la asombrosa mecánica de la oficina.

He aquí lo que pude observar del comportamiento de ese animal casi siempre hostil mejor conocido como "burocracia", reseñaré su quelonio metabolismo en este caso:

- Primero, salía un tipo con una carpetita a recoger (y checar que estuviera completa) la documentación requerida para el pago del agua. Dicha documentación consistía en una copia del recibo anterior y una copia de la credencial de elector.
- Después salía otro fulano para hacer lo mismo, nomás que para el predial.

Estos primeros ataques tardaban como media hora cada uno. Y ni siquiera recogían los de TODA la fila, sólo como diez gentes. Por supuesto, los formados tampoco contribuían mucho a agilizar el proceso con papeles que no eran, papeles medios falseados, etc.

- Tras pasar los primeros ataques, los enviados regresaban al animal con los documentos, que tardaban algo así como OTRA media hora para volver a verificarlos, tipearlos en los recibos (o algo así) y a que le diera la gana a las ventanilleras comenzar a nombrar a las personas que debían pasar a continuación.

Tuve que soportar alrededor de dos iteraciones de este extraño fenómeno.

Ah, ah, lo olvidaba: uno podría esperar que -mientras ripeaban los recibos y los re-verificaban- los enviados salieran de nuevo a recoger documentos ¿no?

Pues no. Ahí se quedaban los dos tipos nomás recargados en una pared (¡yo los ví, con estos ojos que se han de comer los gusanos!) leyendo el periódico. Y ni siquiera cuando comenzaban las ventanilleras a nombrar de nuevo salían. No. Tenían que esperar a que hubiera terminado la fila y que les dieran ganas de nuevo de salir.

Gracias a mi gran paciencia (y a la música que traía) logré evitar hacer lo que otra señora hizo: Comenzar a gritar que todos se pusieran a trabajar, que nomás están de pinches huevones y no sé qué tanto. Su acción fue -en la misma medida en que es admirada- inefectiva. Yo soy del mismo tipo, pero supongo que no hubieran sido tan amables conmigo como con la señora, ja.

Cuando por fin pude pagar todo, supuse que me iba a poder ir felizmente a mi casa recordando el camino por el que había llegado; no fue exactamente así, porque estaba un tianguis atravesado en el camino. Para colmo, no me puse cinturón en la mañana porque -como he estado ganando peso- me imaginé que iba a poder usar el pantalón sin cinturón, lo cual resultó ser falso. Y no me quise quitar mi chamarra porque la playera que traía era corta (¡méndigas playeras que me comienzan a quedar chicas!).

Total que me fui -agarrando el pantalón- a través del tianguis. Por fortuna la directiva era muy simple: camínale derecho hasta que veas Aurrerá. Así lo hice y logré, al fin, llegar a territorio conocido.

Así es como concluye mi historia épica del día de hoy: con un final feliz (salvo lo del pantalón, que lo seguí sufriendo hasta la casa).

Esta lista incluye, pero no se limita a, los temas que escuché durante el enfrentamiento:

Crazy Babies
Zombie Stomp
Mr. Tinkertrain
N.I.B.
Centre Of Eternity
Gods Of Deliverance
Man On A Mission
Space Eater
Money
The Killing Road
Family Tree
Reckoning Day
Lucretia
Vortex
She-Wolf
Skin O' My Teeth
Sweating Bullets

---

Pasando a una nota un poco más seria: es curioso cómo en el "Mundo Real" normalmente te dan sorpresas. A mí ya no me sorprendió (mucho), pues he realizado otros trámites, pero a otras personas -jóvenes, normalmente- les pasa que adentro de su torre de marfil son los más, pero afuera nomás no. Yo tengo la fortuna que desde hace algún tiempo me mandan a realizar algunos trámites (simples, eso que ni qué, pero te da soltura para interactuar con personas "normales").

Otra cosa: son muy raras las "personas grandes" que utlizan aparatos para reproducir mp3. Incluso considerando su precio, lo usual es ver jóvenes con audífonos. Jóvenes desadaptados :P

5 comentarios:

Eagle dijo...

Me ha pasado aunque no se a que se deba pero las oficinas burocraticas me resultan muy cómodas.

El asunto del mp3 es curioso, en realidad cuando había walkman y era más barato no era tan común ver a gente usándolo, y parece que ahora que son más caros esos aparatos simplemente se han puesto de moda.

Unknown dijo...

¿Eh?

Estoy de acuerdo en que se han puesto de moda.

Pero no estoy de acuerdo en que sean más caros que un Walkman. No señor.

(Obviamente me refiero a que no todos)

Unknown dijo...

Y, por cierto, ¿te refieres a las oficinas burocráticas del DF?

Tevi dijo...

Ja,ja,ja, buena historia. Hace poco me tocó hacer un trámite, "oh sí, lo recuerdo perfectamente" ... era un acta de nacimiento. Estaba preparada psicológicamente para lo peor: pedí permiso en la escuela, llegué temprano (sí, los trámites burocráticos me dan muy mala espina)... Y ahí estaba yo, en medio de una sala prácticamente vacía. Me informé acerca de lo que requería y... ni siquiera me formé. Recorrí rápidamente el laberinto hasta la ventanilla y entregué mis documentos -y el dinero- con personas amables(relativamente hablando). "Demasiado fácil" pensé, así que me preparé aún más para esperar a que me entregasen el acta en cuestión... sólo pasaron 10 minutos y ya la tenía entre mis manos. Había estado menos de media hora ahí, y como no tenía nada que hacer en el intermedio (detesto perder mi tiempo) me regresé a la escuela. ¡Qué decepción! Cabe señalar que eran oficinas del D.F.¡Cómo avanza la tecnología!

Anónimo dijo...

ganando peso???
cuantos gramos por semestre??

eso de que ya no te queden las camisas sucede en la adolescenciaaa