Leyendo unas ondas sobre neuronas, llegué a enterarme de la existencia de Santiago Ramón y Cajal, un señor que hace muchos años hizo, entre otras cosas, investigaciones sobre ondas cerebrales. De manera más específica como que le gustaban las neuronas.
Lo chistoso es que estoy convencido de haber leído ese apellido en algún libro antes, y no en el contexto de neurociencia o algo así. Seguramente es algún tipo de referencia a alguien que -obviamente- al menos compartía sus apellidos, pero hasta el nombre me suena como que debería ir con los apellidos.
Esperemos que esta nueva labor de investigación que voy a tener tenga un final feliz como cuando descubrí el nombre de aquella melodía. Aunque también por ratos me da cosa que nomás sea uno de esos falsos recuerdos, de esos que sí parece que te está recordando a algo pero resulta nomás que es un error de cableado que te anda haciendo alucinar.
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