No tengo nada en contra de la gente gorda. En serio, nada de nada. Me esfuerzo por ser una buena persona y no prejuzgarlos. Nomás que a veces no me sale.
Hoy (más bien ayer) fui a CU. Me levanté como al mediodía con muy buenos ánimos para ir a pedir informes sobre las maestrías de allá. Mi personalidad es de esas de que me gusta tener toda la información y todo, sin dar lugar a dudas o malos entendidos (las pocas veces que no lo he hecho los resultados han sido desastrosos... aunque seguro sólo es mala suerte), así que para mí no hay nada como ir personalmente a una escuela y pedir la información necesaria. Sobre todo si es algo considerablemente importante como esto.
En fin, salí de mi casa y pos ya llegué al metro. Ahí fue donde cometí mi primer estúpido error: bajarme en Garibaldi sabiendo muy bien que debí bajarme en Guerrero. No hay demasiada ciencia detrás de esto, señores, te bajas en Guerrero y de ahí a Universidad. Tan simple como eso.
Pero no, me bajé en Garibaldi. Y no sólo eso, llegué hasta el andén y todo, pero cuando el tren ya venía me cayó el veinte y me dije a mí mismo: "mí mismo, estás pero si bieeeen pendejo".
Deprimido por mi estupidez, recobré el buen camino y por fin llegué a la línea que me correspondía. Por la hora, presumiblemente, el vagón estaba lleno y pos ya ni modo, parado un chingo de estaciones (toda la línea menos cinco).
Pero después una señora se bajó y el tipo que estaba al lado del lugar no se quiso sentar, así que aproveché y me senté. Tenía que estar atento porque era uno de esos lugares de la esquina y esos están reservados para viejitos, preñadas o gente enferma -aunque no tenía letrero, pero pos se me hace medio absurdo no darle el lugar a alguien que veo que lo necesita. Todo iba bien, yo iba en mi onda y todo cuando se sube una señora...
No era cualquier tipo de señora. No señor, era una de esas totémicas cuyos brazos eran 4 veces los míos. No no no, estaba mal esa mujer. He aquí un diagrama sobre cómo era:
En estos casos mi cerebro rápidamente activa un mecanismo para que no comience a despotricar mentalmente en contra de estas personas así de "pinche cerda" o "cómo puedes tragar tanto maldita sea". En lugar de eso pienso que a)no es mi problema y que b)quizá tienen problemas con alguna glándula.
Decidí ignorar a la gorda (así le diré de ahora en adelante) y seguir en mi onda. Después ví que un niño de unos 9 años se subió detrás de ella y le iba hablando. Asumí que era su hijo. Justo cuando comenzaba a pensar de nuevo en mis cosas sentí una mirada penetrante y cuando volteo ¿adivinen quién me estaba echando una mirada asesina? Así es: la gorda. La gorda me estaba viendo con ojos furiosos, presumiblemente porque no me había levantado y dado el lugar. Sus ojitos me miraron fijamente, y decidí que ya había estado bien. Ya. No iba a tolerar que alguien -especialmente alguien así me echara esa mirada que mezclaba enojo, desprecio y repulsión. Yo también hice mi mirada asesina y eso fue suficiente para que la desviara. Al menos por el momento.
Ahora que lo veo para atrás, creo que exageré mucho en mi reacción. Digo, igual y la señora en el momento en que me vió se acordó de algo que la molestó y por eso hizo esa cara. O quizá esa es su cara de alegría o su cara seria. O quizá el asiento lo quería para su hijo. O algo. Sí, debí haber sido más cortés y haberle dicho algo así como "Señora, por mucha grasa que usted tenga, estoy convencido de que sus extremidades inferiores podrán soportarla. Tenga un buen día :-)", pero bueno, ya será para la próxima.
Para la siguiente estación de la que se subió, se bajó la persona que ocupaba el asiento que tenía enfrente. No lo he mencionado, pero el niño que les dije tenía tos. Estaba tose y tose el chamaco. Tanto que consideré la posibilidad de darle el lugar, siendo interrumpido por el fulano que se bajó. "¡Qué suerte!", pensé, "no voy a tener que pararme, el niño va a descansar, y todos salimos ganando :D"
No. Mal, mi ingenuo Aldo, la señora se sentó. El niño nomás la siguió y... no sé exactamente cuál es la posición que asumió. No puedo decir que era sentado (no podía por la... complexión de la señora), más bien estaba algo así como sobre la señora. Estuvo medio raro.
La señora -protegida parcialmente por su presunto hijo- comenzó a echarme más miradas satánicas desde su asiento; me miraba, la miraba, y volteaba. Y otra vez. Y otra.
Me estaba poniendo auténticamente incómodo por las miradas incriminadoras de la señora cuando decidió bajarse en Copilco. Hasta recuerdo el nombre de la pinche estación en la que se bajó.
Aaah perdón, olvidé un detalle: una señora ya más grande se subió en una de esas estaciones. Yo pensé en darle el lugar pero había lugares inmediatos que ella podía tomar, así que supuse que -si era su intención- podría sentarse. Pero esto no fue suficiente para la gorda. Si de por sí me echaba miradas asesinas, esto las encendió más. Estuvo cabrón eso.
Bueno, prometo no escribir nada más sobre gordos en esta entradad a partir de ahora.
Ala vérrrrtebra, todavía no llego a CU y ya escribí un chingo.
Total que llegué a Universidad y ahí estaba el Hidber esperándome (increíblemente llegué a tiempo... en mi reloj, en el de él iba siete minutos tarde o algo así). Y ya de ahí nos fuimos a la facultad de ciencias y todo tranquilo.
Fuimos preguntando para poder llegar a donde íbamos a pedir los informes y de paso poniéndonos tristes por lo chiquito que está FM, hasta que eventualmente llegamos a la oficina donde estaban. Había llegado el momento de cosechar el esfuerzo de haber viajado dos pinches horas y por fin enterarme de fechas, plan de estudios y detallitos así. Lo que pasó fue más o menos lo siguiente:
- Buenas tardes, disculpe: ¿podría darnos información sobre los programas de maestrías?
- La convocatoria ya está cerrada. Primer descontón.
- Sí, bueno... de todas maneras, nos gustaría saber los planes de estudio y las opciones que hay.
- Puedes checarlo en la página de internet. Eso me lo imaginé, vine para los detallitos que no se dicen en la pinche página
- Sí, bueno... ¿no los tiene impresos o --
- No. Señora en otro escritorio le dice que sí A ver si tengo unos aquí.
- Me da un pinche folletito que dice prácticamente nada "Gracias".
Y ya. Para eso hice mi pinche travesía de dos horas y cacho. Para que me dieran un pinche papelito que no me dió información que no supiera. Para terminar en esta basura escribí mi pinche obra épica sobre mis aventuras en el metro. Qué mamadas.
9 comentarios:
haces bien al no comenzar a despotricar contra la señora gorda, después de todo: se cree que los gordos también tienen sentimientos:P
jejejeje....shale no manches si que estuvo buena tu travesia, sobre todo por la gorda esa k describes con tanto desprecio, jeje,pss yo no tengo nada en contra de los gordos me dan igual, pero aveces si es involuntario esto de despotricar contra ellos, supongo k ellos hacen lo mismo con nosotros, pero bueno....jejeje, chida entrada!!!
Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja...
(y sigo riendo).
¡Ah! No te culpo, me han pasado cosas similares por la mente cuando soy aplastada en el transporte público.
Psss aunque sean mamadas... tu aventura hizo relax una tarde de trabajo.....
Saludos y Que Dios te bendiga
En esa ocasión debiste de haberle pedido a Mariana que te consiguiera información, lamentablemente CU esta lleno de burócratas desdichados y que desquitan sus frustraciones con quien deben ayudar
Por cierto a mi me tocó algo peor en una micro, una señora gorda gorda, tal como tu diagrama lo describe se subió y a mi lado había lugar como para un niño de 6 años o una persona muy delgada, y la señora se dispuso a fuerza de voluntad a sentarse ahí, por su puesto ese día me enteré que se siente ser auto en basurero gringo.
Hummmm... recuerdo que le pregunté, pero ya no recuerdo qué me dijo. De todas maneras no estaba de más ir, creo yo.
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajajajajajaaja... XD y si esa mirada de odio que dices, era su mirada seductora? no, no es cierto, la verdad ese tipo de personas me desespera bastante...
una de mis entradas favoritas :D
adoro los diagramas que pones en tus entradas, el de la señora gorda, el de la niña sonriente, etc...
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