lunes, junio 18, 2007

εὐδαιμονία

Sigo con eso de las entradas ofensivas, nomás que ahora no pondré algo de provecho. Más bien algo que pienso.

Hay personas que valoran mucho las virtudes clásicas, como valentía, honestidad, amistad y esas.

Hay otras que valoran mucho virtudes más bien intelectuales, como el ser lo más objetivo y razonable a la hora de decidir cosas, ser curioso y creativo... cosas así.

Yo no sé qué valoro más: por un lado, la parte romántica de mí me dice que tengo que ser virtuoso (incluyendo las cosas que puse antes), que tengo que aspirar a eso que se dice que Aristóteles llamaba εὐδαιμονία --no fijarme en lo material ni en las banalidades sino ser un humano así bien chido y todo; pero por otro francamente me gustaría estar toooodo el tiempo tirando la hueva. La imposibilidad de ambas situaciones me ha planteado el problema de buscar un balance entre ellas.

Antes pensaba que ser virtuoso era lo más picudo. Ya después me dí cuenta de que las demás personas no contribuyen exactamente a un ambiente que permita desarrollar -y usar diariamente- dichas virtudes. La vida exige intrigas, agresión y otras acciones que no son compatibles a primera vista con las virtudes. Mi reacción inicial fue tratar de conciliar las dos: quizá no son exclusivas, quizá son todas partes de una misma cosa.

Pero pienso que no: la honestidad, por ejemplo, se ve negada a la hora de hacer intrigas. Tan simple como eso. No es que "buuuueeeeno, es que eso es ser medio-honesto", no. Eres honesto o no (se oye medio drástico, pero pues en este caso no hay medias tintas... y tampoco pienso que sea "malo" ser deshonesto).

Mi segunda reacción -y la que manejo actualmente- fue el cinismo: pues sí, no voy a ser virtuoso, voy a usar a las personas para obtener mis fines -como huevonear- y ya (claro que hay que enfatizar que no pienso abusar de las personas o agredirlas innecesariamente, de hecho eso sería contraproducente). Después de todo, es lo que hace casi todo el mundo.

Como se podrán dar cuenta, como que me volví un poco maquiavélico. Que es lo que hace casi todo el mundo.

Después decidí realizar una reforma (por vanidad más que nada): no iba a andar usando a la gente sin su conocimiento sino decirle "miiiiira, tú haces esto y yo hago lo otro y todos salimos ganando". No podía estar muy tranquilo nomás usando a la gente y eso. Necesitaba que estuviéramos parejos para calmarme un poco.

Así es como llegué a mi estadio actual: tratar de interactuar lo menos posible con las personas en cuestiones "serias", sino nada más para echar relajo un rato y ya. Porque para cosas serias luego hay intereses incompatibles, sospechas, cosas de dinero (uuy, el demonio), etc. Cuando no me queda otra opción mas que tratar con otras personas sobre cosas serias trato de andar con cuidado y acabar el asunto lo más rápido posible. Hay excepciones a todo esto, claro, pero son muy pocas.

Eventualmente tendré que adaptarme de nuevo, supongo. Pero pues mientras tanto ha funcionado.

Bueno, eso es lo que traía en mente. Quizá alguno de ustedes ha pensado así en algún momento... de hecho me atrevo a afirmar que prácticamente todos han pensado de alguna de las maneras que puse al menos una vez --pero pues para que alguien lo admita está grueso: a nadie le gusta ser llamado un "ojete insensible" o algo así jajaja.

6 comentarios:

maybeth dijo...

Pssss, definitivo...
lo acepto...
no soy honesta...
Y también...
llego a acuerdos...
cuando se tratan de cosas serias...

Unknown dijo...

Yo digo que la cosa es buscar un balance: no ser alguien todo despiadado y gacho, pero también ver por lo que uno desea obtener (en cualquier plano).

maybeth dijo...

me refiero a que como planteas la honestidad "es que eso es ser medio-honesto", no. Eres honesto o no", ejemplo:
Le dí un llegue al carro 1 semana después de que lo habían hojalateado y pintado, le sacamos el golpe con ayuda de un amigo, como era la primera vez que lo agarraba, mi papá no se dió cuenta, luego se lo llevó de viaje y de regreso se da cuenta de algo medio extraño en la puerta y piensa que fue él quién le dió el llegue (hasta la fecha), por lo tanto en ese aspecto no he sido honesta.
Ahora bien, hablando de la "interacción de las personas en cuestiones serias" en una boda se tratan cuestiones serias (pongo este ejemplo porque a mi edad mis compañeras de generación ya están de casaderas) ambos manejan cuestiones de dinero pero por lo general la persona que aporta mas tiene mas derecho a elegir sobre lo que quiere o no quiere, muchas ves implícito(aunque hay sus excepciones) ejemplo: quiero tantos invitados, no invites a fulan@, ah pero como no es solo dinero lo que hay en la mesa, la otra parte que no tiene todos los derechos por no aportar la misma cantidad, puede recurrir a las ténicas de persuación (llanto, seducción, berrinche, enojo, etc) para lograr un objetivo específico, y asi... al final es un "yo voy y tu de que vas..."

Unknown dijo...

Sí... por eso no es sencillo ser virtuoso :P

Anónimo dijo...

apenas nos acaban de dar un "curso de asertividad" en el curso te clasificaban entre agresivo, pasivo o asertivo.

Según lo asertivo es que todos den sus opiniones y que escuches a TOOODOS y que se llegue a un acuerdo tomando en cuenta a TOOOODOS, así tipo negociación gana-gana.

Ya me conocen, lo considero una sarta de mamadas. TEÓRICAMENTE así debería ser, pero ya todos sabemos que eso no funciona. Daban unas técnicas para ser "asertivo" y tratar con personas "no asertivas", nomás con escuchar el puro nombre te dabas cuenta de la magnitud de la mamada que eran: "disco rayado", "neblina", etc. etc.

Nonononono un bodrio.

Tevi dijo...

Mmmm...leí una novela donde me encontré con 4 personalidades -extremas- que me hicieron preguntarme muchas cosas, entre ellas, a cual me aproximaba:
1.- Cicreón: Hombre virtuoso cuya pasión y amor es su patria. Defiende la ley, la república y al hombre. Ama la virtud y la razón, aunque aveces se pasa de apasionado. Es poeta, escritor y político. Un romano chapado a la antigua que cree que la ley es algo natural en los hombres. Venera a Sócrates, Aristóteles, Cincinnato y en el fondo confía en que los hombres tienden al bien, que hay justicia y como era de esperarse, muere asesinado.

2.- Julio César. Amigo de la infancia de Marco. Exelente estratega. Maravilloso actor. Relajado, curioso y creativo. Su carisma y simpatía le ganan el amor de la gente, a quien sólo utiliza para sus propios fines. Nadie sabe lo que piensa en verdad, pues siempre está actuando para manipular a otros y suele parecer muy tolerante y moderado. Sólo Cicerón sabe que no debe creerle, y aunque puede formular sospechas, nunca tiene la certidumbre de lo que realmente trae entre manos.

3.- Sergio Catilina. Lo que llamarían un hombre "malvado" Enemigo acérrimo de Marco. Patricio. A diferencia de Julio, es antipático, arrogante y cínico. Por ser guapo y su misma tendencia al "mal" le resulta atractivo a las personas, quienes lo siguen ciegamente y difrutan de ser maltratados por el mismo "Apolo". Apasionado.

4.- Scaevola. Pontífice Máximo, abogado. Listo, Irónico, sarcástico y burlón. Un vulgar de primera que sabe moverse en el foro y que tiene en su poder a todos los senadores por que sabe negociar. Se dedica a buscar debilidades para chantajear.

En lo personal siempre me ha simpatizado Julio ( y claro, todos mueren asesinados...pero es Roma) Aunque al final, como que los extremos me parecen peligrosos. Tomemos lo que más nos convenga de cada cosa y en el momento adecuado. La adaptación es buena opción.