A veces, cuando era más chico, decía cosas medias estúpidas (lo sigo haciendo, por supuesto, pero eso es aparte), como cuando le dije al perro "con permiso" y a la bandera "buenos días".
Otra vez, por ejemplo, ví que mi mamá estaba lavando ropa y, en una de esas se rió. Así, de buenas a primeras, se rió. En mi mente infantil rápido se formó la conexión entre alegría y risas, por lo que deduje que a ella le daba gusto algo; y como en ese momento estaba lavando, concluí que le daba gusto ponerse a lavar (no me parecía muy extraño, ya que no sabía lo fatigoso que es eso). Le dije y pues más risa le causó. Chale.
En otra ocasión, ví a mi mamá que estaba recogiendo basura y lavando el baño (pero esta vez no se reía), y le dije "qué bueno que nunca voy a ser mamá". Ja.
Y así. Quizá ponga más eventos zopencos mientras me vaya acordando (y me acuerde de escribirlos).
Medio babosón era yo (lo sigo siendo, pero ese no es el punto :P).